Buenos días a todos:

Cuando a uno le encargan el prólogo de un libro, la cosa empieza a ser preocupante...y sintomática. Quiero agradecer especialmente a Nívola Uyà, la ilustración de dicho prólogo, captando con sensibilidad el espíritu del fragmento del poema “El CANIGO” que lo introduce.

 

Aunque el libro que se presenta es una obra coral, hay que resaltar y agradecer, la labor, dedicación e intensidad del trabajo como directora de dicha coral y compositora del resultado final, a Rosa María Mateos, gracias Rosa María.

 

Quiero pediros disculpas por la escasez del espacio donde nos encontramos. A pesar de que Rosa María había gestionado la sala grande, con más de mes y medio de anticipación, hace una semana se le comunicó que había una exposición. La presentación de un libro que sólo habla sobre la tierra, el agua y el hombre, no puede competir, naturalmente, con un genio mediático que cuelga esculturas del techo .... ¡además es peligroso!.

 

Hay cosas que no entiendo, posiblemente porque soy un geólogo un poco asilvestrado e inculto, irreverente y seguramente algo antiguo.

 

Y hablando de salvajes asilvestrados: En 1980 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó la “Estrategia mundial para la conservación”. Como presentación figuraba la carta del Jefe indio Seatle al presidente de EEUU (Franklyn Pierce), en 1855, como respuesta a una oferta de compra de sus tierras. Me conmovió entonces y me sigue conmoviendo.

 

Es posiblemente el mas hermoso manifiesto ambiental que se haya escrito jamás y es plenamente vigente hoy. Es un texto ético, lírico, algo irónico, un poco panteísta y franciscano y sobre todo, sabio.

 

El prólogo del libro que presentamos, termina con el deseo de que la sociedad entienda un concepto sacado de esa carta:

 

“La tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra”.

 

Pero el Jefe Seatle decía más cosas, alguna de las cuales quiero repetir tomándolas prestadas a un “salvaje”, en un mundo de hombres civilizados y soberbios, que creen que la tecnología y la ciencia tienen todas las soluciones para dominar la tierra.

 

Decía el “salvaje Seatle”:

 

“Las escarpadas peñas, los húmedos esteros, la fuente, el río, el caballo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

 

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser; la tierra no es su madre, sino su enemiga. Cuando la ha esquilmado, la abandona y busca otra. Deja atrás las tumbas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe.

 

Trata a su madre la tierra y a sus hermanos el cielo y el río, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras de si un desierto.

 

El hombre no ha tejido la trama de la vida, sólo es un hilo de ella. Todo lo que haga a la trama se lo hará a si mismo. Lo que ocurre a la tierra, ocurrirá a los hijos de la tierra. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios”.

 

El libro que hoy se presenta, pretende explicar la relación de la tierra, el agua, el hombre y la vida, de una manera didáctica y atractiva, pero rigurosa.

 

Si además de adornar una estantería consigue, aunque sea mínimamente, transmitir un poco de respeto y ¿quizás cariño?, por la misma tierra y el agua, que se entienda que el agua no es, sólo necesaria para la vida, sino que es vida en si misma (es la sangre de GAIA).

 

Tal vez contribuya en algo a que algún día nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos, no tengan que decir, parafraseando al Jefe Seatle:

 

“¿Donde está el humedal?: Desaparecido.

¿Donde el manantial?: Seco.

¿Donde el río?:Contaminado.

Acaba la vida y comienza la supervivencia”.

 

Y sin más, paso la palabra a Rosa María que os explicará de verdad, el contenido del libro.

Gracias.

Alfredo Barón Périz

4 diciembre 2009

Buenos días a todos:

Cuando a uno le encargan el prólogo de un libro, la cosa empieza a ser preocupante...y sintomática. Quiero agradecer especialmente a Nívola Uyà, la ilustración de dicho prólogo, captando con sensibilidad el espíritu del fragmento del poema “El CANIGO” que lo introduce.

 

Aunque el libro que se presenta es una obra coral, hay que resaltar y agradecer, la labor, dedicación e intensidad del trabajo como directora de dicha coral y compositora del resultado final, a Rosa María Mateos, gracias Rosa María.

 

Quiero pediros disculpas por la escasez del espacio donde nos encontramos. A pesar de que Rosa María había gestionado la sala grande, con más de mes y medio de anticipación, hace una semana se le comunicó que había una exposición. La presentación de un libro que sólo habla sobre la tierra, el agua y el hombre, no puede competir, naturalmente, con un genio mediático que cuelga esculturas del techo .... ¡además es peligroso!.

 

Hay cosas que no entiendo, posiblemente porque soy un geólogo un poco asilvestrado e inculto, irreverente y seguramente algo antiguo.

 

Y hablando de salvajes asilvestrados: En 1980 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó la “Estrategia mundial para la conservación”. Como presentación figuraba la carta del Jefe indio Seatle al presidente de EEUU (Franklyn Pierce), en 1855, como respuesta a una oferta de compra de sus tierras. Me conmovió entonces y me sigue conmoviendo.

 

Es posiblemente el mas hermoso manifiesto ambiental que se haya escrito jamás y es plenamente vigente hoy. Es un texto ético, lírico, algo irónico, un poco panteísta y franciscano y sobre todo, sabio.

 

El prólogo del libro que presentamos, termina con el deseo de que la sociedad entienda un concepto sacado de esa carta:

 

“La tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra”.

 

Pero el Jefe Seatle decía más cosas, alguna de las cuales quiero repetir tomándolas prestadas a un “salvaje”, en un mundo de hombres civilizados y soberbios, que creen que la tecnología y la ciencia tienen todas las soluciones para dominar la tierra.

 

Decía el “salvaje Seatle”:

 

“Las escarpadas peñas, los húmedos esteros, la fuente, el río, el caballo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

 

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser; la tierra no es su madre, sino su enemiga. Cuando la ha esquilmado, la abandona y busca otra. Deja atrás las tumbas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe.

 

Trata a su madre la tierra y a sus hermanos el cielo y el río, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras de si un desierto.

 

El hombre no ha tejido la trama de la vida, sólo es un hilo de ella. Todo lo que haga a la trama se lo hará a si mismo. Lo que ocurre a la tierra, ocurrirá a los hijos de la tierra. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios”.

 

El libro que hoy se presenta, pretende explicar la relación de la tierra, el agua, el hombre y la vida, de una manera didáctica y atractiva, pero rigurosa.

 

Si además de adornar una estantería consigue, aunque sea mínimamente, transmitir un poco de respeto y ¿quizás cariño?, por la misma tierra y el agua, que se entienda que el agua no es, sólo necesaria para la vida, sino que es vida en si misma (es la sangre de GAIA).

 

Tal vez contribuya en algo a que algún día nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos, no tengan que decir, parafraseando al Jefe Seatle:

 

“¿Donde está el humedal?: Desaparecido.

¿Donde el manantial?: Seco.

¿Donde el río?:Contaminado.

Acaba la vida y comienza la supervivencia”.

 

Y sin más, paso la palabra a Rosa María que os explicará de verdad, el contenido del libro.

Gracias.

Alfredo Barón Périz

4 diciembre 2009

A modo de bienvenida la presentación del libro “Los caminos del agua en Baleares"

Alfredo Barón, Cabrera, marzo 2013
Alfredo Barón, Sierra de Cameros, La Rioja, 1967
"Yo siempre escribo a lápiz, las palabras en los ordenadores se las lleva un click" EL ROTO

 

 

 

 

Ésta página web es un regalo de jubilación para Alfredo Barón, de sus amigos.

Abril 2013.

 

 

 

 

 

Imagen portada: "Els Encantats, Pirineus."