(segunda parte)
Desde la plataforma que se opone al proyecto MedSalt-2 se anuncia la llegada de la segunda trompeta del apocalipsis, es decir, la destrucción de la vida marina por la aplicación de prospección sísmica, sin molestarse en diferenciar la sísmica de investigación científica de la sísmica aplicada a la prospección de hidrocarburos. La cuestión no es excesivamente compleja, las figuras 1 y 2 muestran un esquema del dispositivo de prospección de hidrocarburos en una campaña de tipo medio. En dichas campañas se utilizan entre 18 y 48 airguns (en algunos casos hasta 70), con volúmenes totales entre 2.500 y 10.000 pulgadas cúbicas y de 4 a 24 streamers con longitudes entre 2.500 y 15.000 m.
En el proyecto MedSalt-2 está previsto utilizar 1 o 2 streamers de 1.500 m y de 1 a 4 airguns entre 60 y 840 pulgadas cúbicas totales, según la profundidad. No hay que ser un experto en física de sonidos y energía, ni en desplazamiento de masas, para saber que 800 no es lo mismo que 8.000. La duración de la campaña es de un total de 7 días, con 5 días de prospección sísmica efectiva.
También podemos comparar los buques oceanográficos de investigación o cualquier buque científico, con los buques de prospección de hidrocarburos de las compañías multi servicio que realizan las prospecciones sísmicas con este fin (POLARCUS, TITAN, etc.). Por otra parte, para igualdad de esfuerzo, el coste de una campaña sísmica de investigación científica es entre una quinta y una séptima parte del coste de una campaña de prospección de hidrocarburos.
Ni en las campañas científicas desarrolladas en el mar balear ni en las desarrolladas por el IOE y el CSIC en el mar de Alborán y el golfo de Cádiz o en el golfo de California y en el Ártico por el buque Hespérides, ni en las desarrolladas por otras instituciones científicas en el mar provenzal y ligur, se ha documentado un solo caso de afección a ningún tipo de fauna, al medio ambiente y a la actividad pesquera. Ello a pesar de que en algún proyecto (SALTFLU) se utilizaron 8 airguns con un volumen total de 1.500 pulgadas cúbicas.
Se plantea, con cierta ironía pedante, que si el fenómeno a estudiar es de hace 6.000.000 años, no pasa nada por esperar unos pocos más hasta que los sistemas vibroseis estén disponibles (figuras 3, 4 y 5). A este respecto recordar que hasta el momento, solo están disponibles para aguas muy poco profundas y que hasta 2017 solo se habían publicado dos experiencias; en estas circunstancias difícilmente estarán operativos, para las grandes compañías y para aguas profundas, antes de 10 años y que para que puedan utilizarse por centros de investigación, teniendo en cuenta los presupuestos de que disponen, no lo estarán antes de 20 o 25 años. Por otra parte, la aplicación correcta de las medidas de mitigación hace innecesario el método para volúmenes de airguns por debajo de las 1.000 pulgadas cúbicas (en futuras entradas cuantificaremos estos aspectos).
Por el mismo motivo se podrían prohibir los ferris rápidos (por encima de los 10 o 14 nudos) hasta que todos dispongan de las medidas de mitigación de ruidos y de evitación de colisiones con cetáceos, pero claro, en este tema entran en juego los intereses turísticos.
Es incuestionable que la utilización de airguns en la prospección sísmica de todo tipo, puede producir efectos negativos en el ambiente marino, especialmente en el caso de campañas muy prolongadas y de superposición de las mismas. Por ello, la mayoría de los gobiernos desde Nueva Zelanda a México y desde Canadá a Brasil, sin olvidar los países europeos, han elaborado códigos de buenas prácticas. Asimismo, diversas instituciones oficiales o científicas han elaborado normas de mitigación (NOAA, JNCC, ACCOBAMS …).
La dirección técnica de la plataforma “Alianza Mar Blava” utiliza una metodología muy antigua y eficaz; en táctica militar se llama “operación de diversión” y en política, técnicas de “agitprop”. En el primer caso consiste en focalizar un objetivo falso para desviar la atención del enemigo de los verdaderos objetivos. En el segundo, consiste en buscar un enemigo (grupo político, social, étnico…) al que acusar de todos los males de la sociedad para desviar el foco de los verdaderos culpables.
En este caso, se focaliza la atención en la prospección sísmica (incluso la científica), para desviar la atención de las causas reales de la degradación del mar balear, del Mediterráneo y de los mares en general.
Está documentado y cuantificado, cuales son las causas principales de mortalidad de origen directamente antrópico, de cetáceos y tortugas: la pesca accidental (o no tan accidental en algunos casos), la ingesta de basuras y plásticos, la colisión con grandes embarcaciones y ferris o con embarcaciones de recreo. El ruido crónico del tráfico marítimo no tiene efectos agudos, salvo en algunas zonas próximas a grandes puertos, pero sí efectos permanentes a medio y largo plazo. La contaminación por pcb y retardantes de llama, alcanzan incluso el tejido cerebral, provocando transtornos inmunológicos, reproductores y de comunicación, incrementando las causas naturales de mortalidad por enfermedades. La disminución de los stocks por sobrepesca, provoca competencias y agresiones inter específicas en lucha por el alimento. En el Mediterráneo, el 93% de los stocks pesqueros están sobre explotados.
La posidonia está amenazada no solo por el cambio climático, sino por fondeos incontrolados de grandes yates y otras embarcaciones de recreo y por contaminación, tanto de basuras como de aguas insuficientemente depuradas.
La posible afección de las prospecciones sísmicas petroleras resulta numéricamente anecdótica frente a la pesca accidental, por ejemplo. Aunque se pretende cuantificar estos temas más adelante, en una primera aproximación podríamos decir que solo los cetáceos muertos por sobrepesca en el Mediterráneo en un año, representa aproximadamente, 10 veces más que todos los casos documentados de afección por prospección sísmica a nivel mundial en los últimos 20 años, incluidos los afectados por maniobras militares.
Estos aspectos se obvian descaradamente por la Plataforma y se focalizan todos los males sobre la prospección sísmica, incluida la científica. No conviene incomodar a los socios de la Plataforma y de paso, se desvía la atención sobre sus responsabilidades.
La actitud de nuestros representantes políticos en el Parlament es comprensible: ante un movimiento que engloba hoteleros, pescadores, ecologistas y otros grupos ciudadanos, ningún partido político quiere arriesgarse a perder ningún posible voto. Máxime cuando su decisión no les compromete a futuro porque en última instancia, quien resuelve es Madrid.
Ciertamente, los parlamentarios no tienen que ser expertos en todos los temas. Y también es cierto que hablar a nuestros políticos (“los de aquí y los forasteros”, en palabras de La Bullonera) de investigación, es absolutamente inútil, dado que son temas que no se inauguran, por los que han mostrado tradicionalmente un desprecio absoluto.
Pero también es cierto que les pagamos un sueldo y antes de decir tonterías en el Parlament, deberían trabajar un poco, no mucho: basta media horita en internet para ser capaz de diferenciar lo que es el fracking de lo que son las prospecciones sísmicas. Y trabajando un poquito más, incluso podrían conocer las medidas de mitigación establecidas por la administración para estos trabajos. Los documentos están en la web del Ministerio (MAGRAMA).
Algunos políticos que planteaban la ampliación del aeropuerto, del puerto, que quieren convertir los establecimientos agrícolas en alojamientos turísticos, que han sido incapaces de establecer un sistema de transporte público eficaz, ni de controlar los precios de la vivienda en Palma, obligando a ciudadanos que trabajan en la ciudad a vivir fuera de ella y desplazarse en coche a su trabajo, provocando atascos que requieren más autopistas y más cinturones, se ponen estupendos ahora, defendiendo el medio ambiente.
¡A nuestros hoteleros les preocupa de repente el medio ambiente! No que las playas y el mar se llenen de plásticos y de contaminación, ni que los aviones, barcos y ferris que transportan turistas consuman petróleo, ni que Baleares se llene de coches de alquiler que también lo consumen y por tanto, también contribuyen al cambio climático, sino que cerca de la costa, pueda haber una plataforma petrolífera con riesgo de un accidente que les afecte en su negocio.
Pueden estar tranquilos, en el Promontorio Balear nunca habrá una plataforma petrolífera: las compañías de petróleo pueden ser muchas cosas, pero no son estúpidas. Las únicas zonas donde podría haber petróleo están a partir de 100 Kms al sur de Formentera, en la zona abisal del mar balear-argelino y al norte y noreste de Menorca, en la zona abisal del mar liguro-provenzal. Por el momento y posiblemente en los próximos 10 o 15 años, van a estar muy ocupadas desarrollando los descubrimientos realizados en los últimos cinco años en el offshore de Túnez, Libia, Egipto, Israel, Líbano, Siria y en los que se están investigando en Chipre, al este de Sicilia y Malta y en Argelia. Sin contar con los ya localizados bajo depósitos salinos, en las aguas profundas del este de Brasil y el oeste africano.
Con el ritmo de consumo actual, seguirá habiendo petróleo al menos en los próximos 50 años (100 si se consigue reducir el consumo), pero sin molestar a los hoteleros, extraído de los países que, en nuestra soberbia, llamamos el tercer mundo.
Y tampoco deben preocuparse si como consecuencia de un aumento probable del precio del carburante, se encarecen los vuelos y vienen menos turistas: podrán mantener los beneficios por el mismo sistema que han aplicado en la crisis económica, es decir, precarización laboral, disminución de plantillas y salarios de miseria.
Solo desde la más absoluta ignorancia o desde la demagogia y mala fe, puede afirmarse que el proyecto MedSalt-2 es una prospección de hidrocarburos (se trata en todo caso, de reconfirmar su no existencia).
Y afirmar como se ha hecho, que “detrás del camuflaje científico” se oculta dicha intención y aún más, que los científicos que participan en el proyecto pretenden vender los datos a las empresas petroleras, es una calumnia miserable, indigna del movimiento ecologista.
Tan infame como si alguien afirmase que los ecologistas de la plataforma “Alianza Mar Blava” están al servicio de los hoteleros y del turismo; o que algunos ecologistas se instalan en el conflicto, real o inducido, porque han hecho de él su medio de vida; o que algún ecologista representa los intereses de los inventores de la patente AquaVib, porque propugna que se espere para realizar el proyecto MedSalt-2 a que esta técnica sea aplicable en aguas profundas.
Pero sobre todo, dicha afirmación es una solemne tontería, pues como se ha dicho antes, por definición la información obtenida en los proyectos europeos financiados con dinero público, es de dominio público y las empresas petroleras, “interesadas” o no, al igual que el resto de los ciudadanos y científicos, no necesitan pagar por ella.
Nadie con un mínimo de conocimiento y conciencia, discute que el modelo actual es insostenible y que hay que ir hacia una transición energética en que las energías renovables tengan cada vez mayor peso. No va a ser fácil en una sociedad absolutamente dependiente del petróleo. Basta pensar en las consecuencias económicas que han tenido las sucesivas “crisis del petróleo” o lo que sucedería si Baleares se quedase, simplemente 15 días, sin suministro de combustible (especialmente si es en temporada turística).
Pero no solo hay que cambiar el modelo energético sino el modelo de producción y consumo. Lo que ahora se llama “economía circular” y que hace años el ecologismo definió como las tres erres (reducir, reciclar y reutilizar), a la que se podría añadir Reparar, en lucha contra la obsolescencia programada.
Esta transición será forzosamente lenta y hay que iniciarla ya, de manera decidida. De lo contrario, la próxima “crisis del petróleo” puede tener consecuencias dramáticas.
Y el medio ambiente, un medio ambiente saludable para la vida (incluida la humana), debería declararse un derecho humano por la ONU, igual que el agua, para evitar que algún día solo algunos privilegiados puedan disfrutar de él en sus reductos.
España es absolutamente dependiente del exterior en petróleo y gas y muy posiblemente, lo seguirá siendo. Ello podría haber sido una oportunidad para posicionarse como punta de lanza europea en las energías renovables. Cabe esperar que el nuevo Ministerio de Transición Ecológica siga esta vía, pero esto no debe hacerse cercenando la investigación científica, en todos los campos.
En esta lucha por el cambio, el movimiento ecologista y sus organizaciones han jugado, juegan y deberían jugar un papel fundamental. Pero siempre desde el rigor y la honestidad. Ese es el ecologismo que yo he conocido y con el que siempre he colaborado. La utilización de la manipulación y la calumnia no hace a la larga, más que desprestigiar el movimiento. El fin no justifica los medios.
Figura 1
Figura 2
Figura 3
Figura 4
Figura 5